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Jueves, 28 de Marzo de 2024

Alfombras de Ixtiyucan, una tradición que se convirtió en arte

Joel López Rojas lleva más de 40 años dedicado a la realización de alfombras y su trabajo ya es reconocido en otros estados
Viernes, 3 de Julio de 2015 17:13

“La cultura es la sonrisa para todas las edades, puede estar en una madre, en un amigo o en la flor o quizás se refugie en las manos duras de un trabajador”.

León Gieco

El arte de adornar con alfombras los templos es una tradición antigua en Puebla, se transmite de generación en generación y ya es parte de la identidad cultural de algunos municipios poblanos.

Los pobladores de Santa María Ixtiyucan, junta auxiliar del municipio de Nopalucan, Puebla, se han dedicado durante muchos años a perfeccionar el arte de crear alfombras para conmemorar a la Santísima Virgen María “Dulce Nombre de María”.

Este año, el mayordomo (patrocinador de la fiesta religiosa vinculada al santo patrón y a otros santos católicos) será el señor Jesús Romero López, quien asegura que esta tradición es herencia de nuestros antepasados que se asentaron en Huamantla. El señor Joel López Rojas refiere que desde muy pequeño sus familiares le transmitieron los secretos de esta artesanía y que tiempo después comenzó él mismo a fabricar alfombras para adornar los templos.

Templo de la Virgen María “Dulce nombre de María”.

El mayordomo Joel López Rojas lleva más de 40 años dedicándose a la realización de alfombras, se ha convertido en un hombre reconocido en otros estados y, por supuesto, en su tierra natal Santa María Ixtiyucan.

Su dedicación, creatividad, esmero y pasión, son adjetivos que se quedan cortos para lo que él hace.

“Llevó un poco más de 40 años llevo haciendo alfombras aquí y en otros lugares. Mi interés surgió cuando era pequeño y veía a los señores que venían de fueras a hacerlas. Antes yo era campesino, porque me gusta el campo. Ahora me siento muy contento por seguir trabajando y haciendo lo que me gusta”.

—¿Cómo se siente de que la gente de aquí y de otros estados lo admiren?

—Gracias a Dios me siento feliz y estoy muy orgulloso de vivir en mi pueblo. Aquí hay mucha gente amable, hay respeto todavía, y admiro a todo aquél que viene de fuera para apreciar el trabajo que realizamos día a día. Eso nos motiva a que aprendamos más y a que  podamos fabricar cosas bonitas.

“Pero de antemano, hay que darle gracias a Dios, que le dio vida a mi cerebro para poder hacer estas cosas. Siempre le pido ‘al de arriba’ que ilumine más mi mente, que todo salga bien con la ayuda de la gente que me suele apoyar”.

—¿Hay alguien de su familia que seguirá con la tradición de hacer alfombras?

—Sí, unos de mis hijos. Lo mando de un lado para otro, le hago el diseño, él le toma fotos para que me lo mande y yo pueda decirle si va bien o no.

“¿Sabes? No me gusta ser envidioso. Hago varias cosa, y apoyo a todos mis compañeros para que se realicen los trabajos con más ambiente, con más talento. Por eso ahora estoy entrenando a unos muchachos, para que cuando ya  me llame el ‘jefe’ quede todo el talento aquí y se siga enseñando a todos los niños”.

Luego de observar con detenimiento al señor Joel es inevitable no admirar su sombrero, el cual tiene la cabeza de un gallo disecado al frente. Uno podría limitarse a decir que “se ve muy bien”, que es un modo de distinguirse de otras persona. Pero detrás de ese sombrero con la cabeza de gallo hay una historia de lucha y admiración.

—Yo no soy gallero —dice—, yo uso éste sombrero con un gallo, porque a uno de mis hijos le gustaban. Él se fue un 12 de diciembre a una peregrinación en México y murió en un accidente.

Su voz y ojos muestran tristeza, pero su fortaleza lo hace sonreír de nuevo y seguir hablando con orgullo de su hijo.

—Para recordarlo uso sombreros de “gallo”. Todo esto se lo dedico también a él, porque era igual de talentoso que yo. Era el primer año que él iba a fabricar la alfombra, pero no llegó… Pero por él, me siento con más ganas de seguir adelante.

Su mirada se vuelve tranquila luego de remontarse brevemente en sus recuerdos. Yo sonrío, miro su trabajado por fin terminado y continuó conversando con él.

—Aparte de hacer alfombras, ¿ha hecho otros trabajos?

—Sí, hemos realizado varias cosas, por ejemplo, he hecho los nacimientos navideños naturales, que hay veces en que les meto animales vivos y cascadas.

—¿Irá pronto a hacer alguna alfombra en otro estado?

—Tengo que hacer una alfombra de la imagen de Santiago Apóstol el 25 de julio en Córdoba y en San Juan quieren una alfombra fabricada con dulce. Con eso de que la virgen de aquí se llama “Dulce Nombre de María”, mi mente empezó a pensar y ya tengo planeado cómo será.

“He trabajado con materiales como el caracol, semillas y flores, y así he podido ir a Atlixco, Veracruz, Puebla y México”.

—¿Qué piensa usted sobre la realización de éstas fiestas?

“Todos aquí tenemos un corazón muy noble, y lo compartiremos siempre con toda la gente que venga de otros lugares, ya sea para apreciar lo que hacemos, como para festejar con nosotros nuestras tradiciones”.

Alfombra de vegetales

La celebración siguió el horario que los pobladores ya tenían programado, disfrutaron la música de mariachis, hubo bailes, danzas  tradicionales y la presentación de alfombras en honor a la Virgen.

A las 7:30 PM fue el momento exacto para empezar a trazar algunas líneas, que al término se convertirían en una creación admirable.

Por un lado se veían a un lado costales de vegetales, sin embargo todos los allí presentes aú no sabían que se exhibiría.

Pasaron algunos minutos y la gente sólo podía ver aguacates, rábanos, coles, elotes, zanahorias, nopales, jitomates, fresas, limones, chiles, aserrín y lechugas.

Y para sorpresa de todos, lo que sobresalió al final de tan arduo trabajo fue el retrato de lentejuelas de la Virgen Dulce nombre de María, hecho por el mismo señor Joel.

En eso dieron las 11 de la noche. Se llevaron 3 horas en terminar la alfombra de vegetales, sin embargo, ahora se disponían todos a realizar otra alfombra, pero ahora de aserrín, ya que la tradición indica que al regresar de la procesión, los pobladores deben admirar otro diseño.

Los pobladores de la localidad admiran el trabajo del señor Joel. El señor Bernardo, residente de Ixtiyucan, menciona que esta festividad se realiza año con año y se busca el apoyo para todos los que participan en ella.

“Nos dedicamos a recolectar una cooperación, vamos casa por casa. Algunos sí ayudan, mientras que otros nos cierran la puerta, pero todo es cuestión de fe, siempre será la fe.  Con cada festividad, nos gustaría que más personas nos apoyaran y vinieran a conocer y admirar las tradiciones de nuestro pueblo, y aunque falta mucho para terminar nuestra iglesia, su apoyo sería una gran contribución para nosotros”.

Tras el crecimiento de la población su iglesia resultó pequeña y ya no tiene el cupo suficiente para todos sus habitantes. Entonces iniciaron la construcción de otro templo, sin embargo el proyecto se vio truncado por falta de dinero.

El señor Pedro Serón es el arquitecto y director del proyecto del templo.

“La idea de crear un nuevo templo es hermosa, porque el templo que tenemos ya es insuficiente para la cantidad de habitantes que hay, por eso decidimos mejorar el área.

El proyecto inició en 1999, hace 16 años, pero por falta de recursos y de fe, ya no nos fue posible continuar”, dice.

“En 8 años no hemos construido nada, pero la llegada del párroco Arturo Rosas vino a “inyectar” un poco de fe, para poder seguir”.

“El pueblo debe confiar en nosotros, no somos la política de la corrupción, sino somos una política abierta para todos, les informamos lo que se hará y se quiere hacer”, afirma.

Los pobladores de Santa María Ixtiyucan, a un costado de Rafael Lara Grajales, han demostrado que no necesita hacer grandes cosas para que sus habitantes sean reconocidos, con la humildad, el orgullo y el arte que aprendieron es suficiente para admirarlos.

Para saber más de sus fiestas, se puede consultar sus cuentas de Twitter y Facebook.

https://twitter.com/NopalucanPuebla

https://www.facebook.com/NopalucanH.Ayuntamiento?fref=photo

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