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Viernes, 19 de Abril de 2024

Entre neblina coronan a Reina de las Flores en Huauchinango

Una pirámide de ocho metros de altura adornada con azáleas, xochijarros y figuras del dios del maíz, sirvió de trono.
Domingo, 1 de Marzo de 2015 16:36

Crónica

Huauchinango, Pue.- En medio de un escenario invadido por la neblina como corresponde al invierno huauchinanguense, más de cien personas recuperaron la identidad huasteca de este municipio con un recorrido dancístico que sirvió de marco a la coronación de Alondra I, reina de la 77 Feria de las Flores.

El tradicional festival con el que inicia de manera formal la fiesta grande de Huauchinango, se realizó la noche de este sábado en el patio frontal de la recién remodelada escuela “Carlos I. Betancourt”, con la participación del alcalde Gabriel Alvarado Lorenzo, quien en compañía de su esposa Liliana Luna Aguirre, el subsecretario de Turismo Irving Mayett Muciño y el embajador de Indonesia Yusrakhan, ciñeron la corona a la nueva soberana.

Una pirámide de ocho metros de altura adornada con azáleas, xochijarros y figuras del dios del maíz de la cultura ñahñú, sirvió de trono y escenario para que los danzantes dieran testimonio de los sucesos históricos y las ancestrales creencias que han dado identidad al municipio, acompañados de música en vivo interpretada por Bulmaro Maldonado, el Trío Cenzontle y el Mariachi Perla, lo que le dio un toque innovador al espectáculo.

Primero llegaron los caporales, los capitanes y la maringuilla para taconear los sones de Los Negritos, luego Los Guaguas con sus penachos que representan al sol, dador de vida y calorcito, ejecutaron los sones del perdón, la calle y la cadena, para luego subir a tres crucetas que representan los cuatro puntos cardinales.

Antes de escalar los palos, Los Voladores Hermanos Águila, danzaron un son ritual de ofrecimiento, similar al que practican en la siembra del palo en el que danzan, para luego empezar a trepar entre la bruma espesa desde la que se dejaron caer girando 13 veces por cada uno de los cielos del dios sol, hasta completar 52 giros como los 52 años que tienen que transcurrir para que haya un Fuego Nuevo.

Momentos más tarde, una pincelada de los estilos fandanguear en los seis estados de la región huasteca, sirvió de preámbulo para la interpretación –en un fin de fiesta- del Huapango de Moncayo y la Feria de las Flores.

Y aunque la bruma opacó la quema de los fuegos artificiales, la entrega de los danzantes y la música recordaron que el espíritu del hombre se consume en las raíces del árbol en el cual florecen esplendorosas las huellas de la gente, de los pueblos, cargadas de colores, movimientos y sonidos, que entretejen una cadenciosa sinfonía que, en su esencia, lleva la calidez del fuego, la frescura de la brisa, el frío de la niebla, la claridad del agua y la fuerza de nuestra tierra.

La nota al pie, entre otras: las fallas en el sonido y la insuficiencia del graderío colocado en el patio de la Betancourt que impidió que se diera acceso a un mayor número de personas que no tuvieron más opción que observar la coronación de pie y en la calle.

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