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Jueves, 18 de Abril de 2024

Migración con aromas y sabores poblanos

Jueves, 31 de Julio de 2014 16:01
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Erika Nieto

Hace unos días una conocida aprovechó las vacaciones escolares de sus hijos y viajó desde San Diego California, donde radica desde hace 20 años, para visitar en Puebla a su familia, a unos días de regresar a Estados Unidos se dio a la tarea de comprar los productos poblanos que llevaría a casa por encargo de amigos y familiares o por mero antojo gastronómico.

Así que acudió al centro histórico de Puebla a buscar los dulces típicos de la 6 oriente, visitó los mercados para adquirir mole poblano, pipián, cemitas y aunque deseaba llevar la gran variedad de chiles secos y semillas que ofrece nuestro amplio menú culinario, recordó las restricciones de la aduana respecto a productos con hueso o semilla.

También tenía en mente comprar carne árabe y al pastor, así como un par de litros de un buen mezcal.

Karina es una amiga de la familia que hace 20 años decidió ir en busca del sueño americano al lado de su esposo y su pequeño hijo de apenas unos meses de edad, en ese entonces apoyados por integrantes de su congregación religiosa La Luz del Mundo.

Hoy Karina tiene una familia con dos hijos más que nacieron en San Diego, California, poco a poco la alcanzaron su suegra y dos de sus cuñados que también formaron una familia en el país del norte. Hace poco, ella y su esposo fueron reconocidos como residentes en Estados Unidos después de varios años de trámites, sus tres hijos tienen documentación con la doble nacionalidad.

Ella está aprendiendo el inglés y su esposo lo habla a la perfección desde hace varios años obligado por la dinámica laboral, sus dos hijos pequeños están aprendiendo el español pues tienen como lengua originaria el inglés, debido a su actividad escolar y social. El mayor de los hijos habla ambos idiomas.

Tradiciones y sabores

Durante la plática, Karina expresaba entusiasmada que la influencia México-migrante ha llegado de tal manera a California, que en algunas tiendas del condado donde vive ya se pueden adquirir hasta molcajetes, aunque estos no sean de piedra como en nuestro país y que poco a poco llegan los productos para cocinar los tradicionales platillos mexicanos como el pozole o los tamales aunque no tengan el mismo sabor ni costo de preparación que en su localidad de origen.

De la misma manera, desde hace algunos años los mexicanos radicados en Estados Unidos encuentran verduras como el cilantro, pápalo, la pipicha, o los guajes.

Así, los poblanos migrantes recuerdan con nostalgia los sabores y aromas de su tierra, de sus familias, de los momentos familiares que tradicionalmente se viven en las cocinas de los mexicanos, no por nada el negocio de la tortilla de maíz y sus derivados es hoy uno de los más exitosos entre las comunidades migrantes de estados como Nueva York, California, Chicago o Texas.

Karina y sus hijos regresaron a San Diego con las maletas llenas de pedacitos de su Puebla, de sus colores y sus múltiples sabores y con el sueño de regresar en algún momento a su país para quedarse definitivamente, pues aunque Estados Unidos es la puerta que les brindó oportunidades de trabajo y educación no es el lugar donde quisieran vivir el resto de su vida.

Como lo escribe Enrique Krause en un texto sobre el Sueño Mexicano de 2009 patrocinado por la empresa MetLife:

“…el “sueño mexicano” no se distingue mucho del “sueño americano” o de los sueños de casi cualquier persona en el mundo: es el modesto sueño de prosperar a través del trabajo y la educación, en un entorno hospitalario y seguro, en el que la estabilidad  (económica, política y social) permita conservar y acrecentar poco a poco lo obtenido”.

 Cada vez que un migrante tiene la oportunidad de visitar nuestro país y de regresar a su hogar en Estados Unidos lleva con él no solo sabores o aromas, también los recuerdos y la nostalgia de un país que lo obliga a buscar en otro territorio una mejor forma de vida para él y su familia.

 

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