Registra 10 % de avance construcción de viviendas para reubicar Huixtla

Tlaola, Pue.- La construcción de las viviendas donde se reubicará a los damnificados de la de comunidad de Huixtla en Tlaola registra un avance de apenas el 10 por ciento, por lo que puede considerarse que “los trabajos van muy lentos”, indicó el presidente de este municipio serrano, Abdías Castillo.

Arrancan construcción de viviendas para reubicar HuixtlaDos años después, incluyen a Huixtla en recursos del FondenEl munícipe señaló que tras la colocación de la primera piedra en octubre de 2013, ceremonia en la que participaron el secretario federal de Energía Pedro Joaquín Codwell y el gobernador del estado Rafael Moreno Valle, el avance en la edificación de 134 casas ha sido mínimo, se han sacado varias toneladas de tierra, que debe llevarse a otros terrenos y se está emparejando el lugar.

“Se necesita poner el suelo firme, para que al rato la gente esté contenta -dijo-.  Lo bueno es que ya se está haciendo y van a tener su casa. Se está avanzando, aunque un poco lento, y el municipio está a la espera de poder iniciar la instalación de los servicios básicos como agua potable, drenaje y alcantarillado y la pavimentación de las calles”.

Con el banderazo a la construcción de 134 viviendas para reubicar a igual número de familias afectadas por las lluvias de la tormenta tropical Arlene que azotó la sierra norte hace casi tres años, se inició la reconstrucción de las zonas dañadas por los huracanes Ingrid y Manuel en el año 2013.

En un terreno de dos hectáreas ubicado en la población de La Gallera  se construirán las casas de 64 metros cuadrados cada una, invirtiéndose 22 millones 154 mil 389 pesos con 44 centavos, provenientes de recursos del Fondo Nacional de Desastres Naturales (Fonden). De acuerdo con estos datos, tendrán un costo unitario aproximado a los 165 mil pesos.

Al poner la primera piedra se anunció que las casas serían concluidas en diciembre pasado e iniciaría la reubicación de los pobladores de Huxitla, comunidad que fue declarada en el año 2011, como “inhabitable” por el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) por la existencia de una falla geológica que en algunas partes tenía, en ese entonces, hasta 85 metros de profundidad.

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