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Viernes, 29 de Marzo de 2024

Liberan a dos presos mediante juicios orales en Huauchinango

Uno había sido juzgado hace 14 años, cuando aún era menor de edad, como si fuera adulto y el otro ya había cumplido 80% de su condena.
Lunes, 2 de Septiembre de 2013 18:51

Huauchinango, Pue.- Dos internos del Centro de Readaptación Social (Cereso) de Huauchinango obtuvieron su libertad a través de la aplicación de medidas previstas en el nuevo sistema penal acusatorio luego de sendas audiencias orales realizadas en las instalaciones del sistema Puebla Comunicaciones donde se improvisó la sede del juzgado itinerante.

Crónica: La Ley y el Orden al estilo de la justicia mexicanaLos ahora ex internos se sometieron a un incidente de ejecución de sentencias fallados a su favor por distintos motivos: el primero debido a que cuando cometió el delito por el que se le sancionó era menor de edad y fue juzgado como adulto, hace 14 años; y el segundo, por haber cumplido el 80 por ciento de su condena y haber demostrado ser apto para “reincorporarse” a la sociedad, no obstante la opinión en contra del órgano colegiado que fue desechada por el Juez, debido a que se elaboró desde un escritorio y sin tomar en cuenta su origen étnico indígena.

Los juicios estuvieron a cargo de Rosa Estela Espejel Prado, juez de ejecución de medidas en justicia para adolescentes y de Iván Roberto Vargas Carmona, juez de ejecución de sentencias, quienes con toga y mazo en la mano y un equipo de videograbación escucharon los argumentos de la defensa y del fiscal y a los “justiciables”, como se llamó a estos dos hombres que, luego de más de una década pudieron, esta noche, dormir con sus familias.

La abogada Espejel Prado explicó que en el caso que le tocó fallar se trató de la aplicación retroactiva del Código de Justicia en beneficio del sentenciado, debido a que cuando fue juzgado no se tomó en consideración que al cometer el ilícito era menor de edad y fue sentenciado a 17 años de prisión, porque no existía esta disposición en favor de los adolescentes.

Al resolverse el incidente, el cuarto que se realiza en el estado en favor de menores, la juez determinó aplicarle una medida de internamiento, “no pena”, de cuatro años, pues ningún menor puede ser recluido más de siete años, y como la había cumplido en exceso pues estuvo 14 años en prisión, fue puesto en libertad de manera inmediata.  

Mientras que al juez Vargas Carmona le tocó conocer el caso de un campesino hablante de náhuatl que cumplió el 80 por ciento de su sentencia y que por las horas laboradas en el Cereso, así como por el desarrollo de otras actividades pedagógicas y deportivas cumplió con los requisitos previstos por el artículo 18 Constitucional para reinsertarse con su familia.

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