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Viernes, 26 de Abril de 2024

Roxana Luna: un tuit muy revelador

21 Noviembre, 2014

En su momento, en los pocos medios de comunicación que nos dieron espacio para ello, denunciamos la brutal agresión que el edil de San Jerónimo Xayacatlán, Wilfrido Villanueva Martínez, encabezó contra un grupo de antorchistas que solicitaban la donación de un terreno para la construcción de un hospital integral en el municipio, y cuya realización vendría a solucionar los problemas de acceso a los servicios de salud de miles de habitantes de la región.

En efecto, el día 8 de octubre, el presidente de aquel municipio de la Mixteca Baja poblana, a la cabeza de asesinos, criminales y ciudadanos enardecidos por él mismo, llamó a desalojar a un grupo de integrantes del Movimiento Antorchista que hacía guardia en el plantón instalado pacíficamente 35 días antes, en espera de solución a varias demandas de carácter popular. Como lo hemos demostrado en escritos anteriores, la consigna del desalojo fue arremeter con furia vesánica, a machetazo limpio, sobre las cabezas más visibles del movimiento en dos asaltos que se efectuaron por la tarde y por la noche de ese día. El saldo de las brutales embestidas es de todos conocido: dos antorchistas de la tercera edad heridos de gravedad (Florencio Vázquez Reyes recibió un machetazo en pleno rostro y Siria Reyes Plaza perdió un ojo), y 20 lesionados más, todos del grupo antorchista. La edad de los dos primeros y la filiación de los segundos demostraron que se trató de una emboscada contra un grupo de ciudadanos indefensos.

Como también entonces denunciamos, en la brutal agresión Wilfrido Villanueva fue apadrinado por dos personajes que se han enquistado en el Gobierno estatal de Puebla. En primer lugar el exdiputado Enrique Nácer Hernández, que desde siempre ha salivado por el manjar que para él representa hacerse del control de aquella empobrecida zona, para utilizarla en beneficio personal; en segundo lugar el neofascista delegado de la Secretaría de Gobernación en Acatlán, Adolfo Treviño Bustos, que no sólo no intercedió por los agredidos sino que alentó el ataque. Por todo ello, hace más de mes que exigimos al Gobierno estatal la destitución ipso facto de Enrique Nácer y Adolfo Treviño, y también hicimos público nuestro reclamo -porque se ha probado con material fotográfico su participación en los lamentables hechos- de juicio político y destitución del presidente Wilfrido Villanueva Martínez.

Pero resulta que al edil criminal de San Jerónimo Xayacatlán le ha salido una defensora más: se trata, ni más ni menos, que de la diputada federal por el PRD, Roxana Luna Porquillo. Hace unos días, el 8 de noviembre, en su cuenta de Twitter publicó el siguiente mensaje: “Mes y medio (sic) que Antorcha Campesina tenía tomada la presidencia de San Jerónimo Zayacatlán (¡sic!) la gente se organizo (¡sic!) y la recupero (¡sic!)”. Haciendo a un lado los errores de sintaxis y acentuación que aterrarían a cualquier estudiante de secundaria, y que son los mismos que han provocado que varios funcionarios públicos sean el hazmerreír de los mexicanos, el “tuit” de la diputada federal la desnuda como una mujer rencorosa, provocadora y sectaria. No es cierto que Antorcha tuviera “tomada” la presidencia durante “mes y medio”; se trató de un plantón pacífico, acorde con el derecho a la manifestación pública que otorga la Constitución, que duró 35 días sobre el corredor de la alcaldía y que a nadie impedía entrar ni salir de la misma. De tal manera que si Wilfrido no atendió en su despacho no fue por culpa de los manifestantes, sino porque su ego se sentía herido al ver todos los días la cara de quienes le exigían la donación de un terreno a la Secretaría de Salud para que los diputados antorchistas hicieran la gestión necesaria para la construcción de un hospital. Por tanto, el desalojo al que Roxana Luna se refiere como un acto heroico y popular en realidad fue una ilegal y criminal agresión, en la que dos ancianos resultaron gravemente heridos. Pero hay más: ¿Por qué la diputada aplaude el crimen cometido en San Jerónimo Xayacatlán? ¿Por qué Roxana Luna elogia esta acción ilegal? Porque se trata de acabar con Antorcha, una organización a la que mira como un rival político. En lugar de que repudie el crimen del edil, en un acto de verdadera fraternidad con las causas populares, vengan de donde vengan, su comentario en Twitter se antoja sectario y fascista, muy a modo de quien se burla del dolor ajeno y machaca la herida. No hay que buscarle mucho para concluir que Roxana Luna se siente muy cómoda al lado de los represores de las causas populares, y de que su mensaje para el edil de Xayacatlán es, claramente: Síguele. Estos hechos, estos dichos, prueban, una vez más, que estamos ante ¡otra! evidente protección a criminales (remember Iguala) y una evidencia adicional de la descomposición del PRD, denunciada por su propio fundador.

Pero no nos asombra. Nos hemos acostumbrado a dar la lucha contra la pobreza en solitario y con las espaldas laceradas por el fuego tupido de quienes miran con recelo el trabajo de nuestra organización. Así hemos avanzado 40 años, y así han pasado cientos de políticos que se dicen de “izquierda” y nuestros “adversarios”, aunque nosotros no andemos buscando pleito, y así también esa canalla ha salido de la escena política cuando el sistema termina de exprimirle toda la pus que llenaba sus entrañas. Nosotros seguimos avanzando, con paso firme, y eso quedó demostrado el domingo 26 de octubre, cuando llenamos con 120 mil antorchistas los estadios Cuauhtémoc y Hermanos Serdán.

Sin embargo, queda un problema por resolver. Hemos exigido al Gobierno estatal y al Congreso local, porque ése es su deber, que frenen las amenazas y agresiones que en los últimos dos meses se han llevado a cabo en contra de integrantes del Movimiento Antorchista en Tulcingo de Valle, en San Bernardino Chalchihuapan y en San Jerónimo y que se castigue con todo el peso de la ley a los autores materiales e intelectuales de esos actos criminales, incluidos los funcionarios y políticos, identificados fehacientemente cada uno de ellos, que los alientan y protegen. Y ésta es la hora en que nadie nos hace caso. ¿Tendremos que velar a un antorchista para que la ley se imponga y se haga justicia en Puebla? Ojalá que no.

Twitter: @aquilesmbrito

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