Franeleros, empacadores, gasolineros y acomodadores

Los franeleros y los empacadores, ¿son una forma de caridad o de explotación? Los administradores de las grandes plazas comerciales, ¿son bondadosos o explotadores al permitir que en sus estacionamientos operen las organizaciones de franeleros? ¿Hemos de alabar a los dueños de los supermercados por permitir trabajar a los empacadores?

Podemos sospechar que se trata más de explotación que de caridad. Los administradores de las plazas tendrían que comprar seguros que cubrieran los robos dentro de su propiedad. En lugar de seguro, les pasa el costo a sus usuarios que deben dar propina a los franeleros. Las propinas no son baratas: si usted va la farmacia, se tarda cinco minutos y le da cinco pesos al franelero, está pagando a sesenta pesos la hora de estacionamiento.

Los dueños de supermercados que quisieran dar un buen servicio deberían contratar empacadores para ahorrarle trabajo a sus clientes. En lugar de eso permiten trabajar a ancianos y niños y le pasan el costo al cliente.

En los estacionamientos privados se puede ver claramente cómo el dueño le pasa sus costos al cliente. Los acomodadores de coches no reciben sueldo o sólo el mínimo. Pero agradecen el trabajo porque se completan con las propinas. Así, el dueño del estacionamiento paga bajos o nulos sueldos y le pasa el costo al cliente que debe pagar al acomodador. Haga la cuenta, si en un estacionamiento entran 500 autos al día y cada uno da una propina de cinco pesos, son 2 mil 500 pesos diarios que debería pagar el dueño a sus empleados para ofrecer un buen servicio.

Lo mismo puede decirse de los gasolineros: ganan el mínimo pero se completan con los cinco o diez pesos que cada cliente paga de sobreprecio. Mismos que se ahorran los dueños.

¿Qué decir de los acomodadores de autos, los 'valet parking'? Está bien que si no hay dónde estacionarse, alguien tome el coche y lo estacione mediante un cobro. Pero está mal que los acomodadores obstruyan los estacionamientos disponibles para forzar al cliente a usar su servicio. Los restauranteros le pasan el costo del estacionamiento al cliente.

La institución de las propinas beneficia a los pobres que la reciben pero beneficia más a los dueños de los negocios. Esos pobres, en la informalidad, no tienen Seguro Social ni podrán aspirar a una pensión por edad avanzada. ¿Qué harán cuando sean ancianos? Seguir empacando en las cajas de los supermercados.

Twitter: @memohinojosa

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