*
Miércoles, 24 de Abril de 2024

El mal decir y los clichés del lenguaje

29 Abril, 2015

El lenguaje cotidiano es una creación popular. Sirve de poco que los intelectuales hagan rabietas por lo que perciben como usos incorrectos que aparecen continuamente y pueden desaparecer o, con el tiempo, incorporarse al idioma. Otra cosa es el lenguaje de los medios de comunicación: los diarios impresos o electrónicos, el radio y la televisión.

Si una vendedora del mercado explica la subida de precio del huevo “es de que les dio fiebre a las gallinas” puedo pensar que quizá en el futuro existirá la palabra “esdeque”. Pero si un reportero, un locutor o un funcionario me da esa misma explicación lo único que pienso es que se trata de un ignorante que no debería tener voz pública.

Los reporteros, siempre apurados, arman sus notas mediante el lenguaje prefabricado de los clichés sin pensar lo que están diciendo. Los clichés son, precisamente, formas verbales que alguna vez fueron elegantes y que, a fuerza de repeticiones, ya perdieron su significado original.

Algunos clichés sobresalientes por su uso irreflexivo y abundante:

“Llevar a cabo” que se emplea en lugar de hacer, realizar o suceder. ¿Qué quiere decir llevar a cabo? Alguna vez fue una manera ¿elegante? de decir terminar o acabar. Si un reportero nos dice que las reparaciones de la carretera se llevarán a cabo por las noches para evitar molestias, es claro que está diciendo un sinsentido.

“Tomar cartas en el asunto” que se emplea en lugar de atender o tratar de resolver. Es un misterio el origen de este cliché cuya falta de sentido hace sospechar un error gramatical. ¿Tomar cartas? ¿Qué significa eso? Nadie sabe, pero todos los funcionarios de gobierno toman cartas en cualquier asunto. No quiere decir que lo vayan a resolver, tan sólo que ya tomaron cartas y a ver qué resulta.

“Esperamos contar con su presencia”. Así termina la mayoría de las invitaciones a eventos burocráticos, incluidos los de la Casa de la cultura y de la Casa del escritor. Lo que quieren decir es “Esperamos que usted venga”. Contar con la presencia es un estimado previo de cuántas personas vendrán al evento para saber cuántas sillas ponemos. Pero cuando el evento ya se está “llevando a cabo”, no tiene caso contar con la presencia de nadie. Es una barbaridad que suena elegante despedir a los asistentes diciendo “gracias a todos por permitirnos contar con su presencia”.

Basta mirar un rato los noticieros de televisión o examinar los documentos que imprimen las dependencias oficiales para descubrir cientos de clichés irracionales que alegraran la vida del intelectual más cascarrabias.

Twitter: @memohinojosa

Vistas: 5958